En septiembre de 1996, a raíz del fallecimiento de Felipe Herrera, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias junto con el Gobierno de Chile representado por los ministros de la época, Eduardo Aninat de Hacienda y José Miguel Insulza de Relaciones Exteriores, impulsaron la creación de una entidad llevará su nombre. Este organismo debía, además de representar un merecido homenaje a la trayectoria de este destacado latinoamericanista, convertirse en una novedosa instancia puesta a disposición de los pueblos de América Latina y el Caribe para abordar los temas de la vinculación entre cultura y desarrollo de la región. En ese sentido, esta iniciativa estuvo orientada como un instrumento de carácter regional que pudiese trabajar muy cerca de nuestros gobiernos, de la sociedad civil y de las demandas del propio Banco Interamericano en los vínculos de la cultura, del desarrollo y de la integración. 

Soy un hombre partidario de la integración del continente, creo en la paz, pero no solamente en la paz negativa, sino en la necesidad de la integración, que es parte integral de la vida interna de cada nación.